Las dinámicas de la crisis relacional

En todo sistema humano se dan dinámicas relacionales que potencian la crisis relacional, la cual se puede entender como una crisis sistémica. Los sistemas humanos pueden vivir un tiempo largo instalados en la crisis sistémica. La crisis relacional interfiere en la marca. En este artículo presento nueve dinámicas potenciadoras de crisis relacional.

La incompetencia relacional

Las competencias relacionales es donde más flojos andamos. Un directivo incompetente en materia relacional se deslegitima a sí mismo, y genera una cascada de incompetencias en sus colaboradores, lo que alimenta el conflicto.

El déficit de sentido de la tarea

La crisis relacional se vuelve más atractiva, catártica y proveedora de sentido que la misión asignada al rol profesional.

La necesidad de reconocimiento

Cada persona tiene expectativas, a menudo inconscientes, de obtener reconocimiento, de ser el foco de la mirada del otro. El desajuste entre la oferta y la demanda de reconocimiento acrecienta el conflicto

  • No basta con ofrecer reconocimiento, sino que hay que hacerlo acorde con la expectativa de la persona.
  • La personalidad narcisista vive muy necesitada de la mirada del otro, y entra en una dinámica de dependencia de los demás.

La deuda emocional

Cuanto más se instala el sistema en la deuda emocional entre sus miembros, más las relaciones se vuelven ocultas. Una persona puede ignorar su condición de “deudora”, o salir de la relación de deuda mediante una traición hacia su acreedor. La persona que se libera de toda deuda contraída puede ser percibida como poco leal.

El ejercicio del poder

El ejercicio del poder tiene una componente visible y sencilla que es “mandar o dar órdenes” desde la jerarquía, y otra componente más invisible que es “influir” en la generación u orientación del entorno. Con la influencia entramos en las cuestiones de intrusión, resistencia, rechazo, manipulación, violencia y conflicto.

El vínculo de protección

Los vínculos de protección (Ej.: un superior que protege a un colaborador), cuando se extienden en el seno del sistema, degeneran en crisis cíclicas. Las personas bajo protección adoptan conductas regresivas. A término, el grupo puede dividirse entre “los liberados” y “los protegidos”.

Tratar los síntomas como causas

Las causas pertenecen al ámbito explicativo, los síntomas pertenecen al ámbito interpretativo. Los síntomas y las causas pueden estar separadas en el tiempo. Los humanos tendemos a decidir para aplacar los síntomas porque estos nos generan ansiedad. Decidimos para rebajar el nivel de ansiedad.

La víctima y el chivo expiatorio

Todo grupo está tentado de asegurarse los servicios de una “víctima” de manera a ser utilizada como chivo expiatorio, es decir, de ser acusada de disfunción para de esta manera ser inculpada y expulsada del sistema. Las crisis del chivo expiatorio hacen las veces de un ritual en el sentido de que representan un sacrificio y expiación del mal a través del individuo expulsado.

La ignorancia del proceso de duelo

Toda pérdida, abandono o muerte requieren de un proceso de duelo. Para que el duelo tenga lugar, tienen que suceder dos condiciones: el respeto de la duración necesaria del duelo, y la componente ritual del duelo. Ambas condiciones pueden chocar con los intereses cortoplacistas de la empresa.