El propósito y el objetivo

El propósito tiene que ver con la intención personal de sentirse valioso y reconocido en el proceso colaborativo, también tiene que ver con la aspiración de aprender y crear sentido fruto de la colaboración: contribuyo algo y me llevo algo. El objetivo es transaccional, tiene que ver con una consecución vinculada al negocio. El propósito no es el objetivo.

Muchas personas acuden a las reuniones sin propósito alguno ¿Tú, que te quieres llevar de esta reunión? Cuando se les pregunta al inicio de la reunión sobre su propósito, responden con vaguedades, como forzadas a decir algo, temiendo mostrar su ambición o su individualidad, a menudo copiando el propósito dicho por otro: «pues yo, algo parecido…creo que ya está dicho».

Cuando se les pregunta al final de la reunión si lograron su propósito, a menudo responden: «no hemos entrado mucho en detalle…me esperaba otra cosa…me esperaba algo más». En las reuniones hay participantes que son maestros en esperar el propósito que no expresaron, maestros en explicitar poco su propósito y que en cambio esperan que los demás les porten, maestros que no dijeron dónde querían llegar y luego se quejan de adónde les han llevado. La responsabilidad requiere mayor auto-control que la queja.

En nuestro tiempo parece que sólo interesa lograr el objetivo del negocio sin ocuparse del propósito individual, importante para el aprendizaje y la motivación. El desarrollo sostenido del negocio requiere de ambos.