La violencia y el sufrimiento en el trabajo
La violencia y el sufrimiento en el trabajo son hechos persistentes; nos situamos en el plano de las disfunciones del vínculo: con el rol profesional y su misión primigenia, con y hacia los líderes, entre compañeros, y con la organización como institución. Leí reciente un artículo sobre la salud mental, problemática que parece individual. Leí otro artículo sobre el negocio que representa la soledad (medicación, terapias, alcohol, drogas, consumo de redes, etc.). También se habla del coste del absentismo laboral. Observo una persistencia ideológica en ubicar esta delicada cuestión en el plano individual. Se habla mucho de riesgos psico-sociales, evacuando de nuevo el riesgo en el individuo.
El grupo disfuncional
Tengo presente dos casos de violencia y sufrimiento en los que estoy aportando mis recursos. Una propiedad del grupo o colectivo disfuncional es que este busca asegurarse los servicios de una víctima. Para el grupo disfuncional, la víctima es aquel miembro que, a los ojos del grupo, representa la mayor singularidad respecto a los demás miembros del grupo. La víctima es alguien en quien el grupo puede defecar, hasta el límite de desprestigiarlo y expulsarlo del sistema. Una vez expulsado, el grupo encuentra una calma, porque con la defecación se diluye temporalmente la ansiedad presente en el grupo.
La institución disfuncional
En los dos casos de violencia arriba mencionados, apunto también y sobre todo a una disfunción institucional. Observo estos años que ciertos perfiles egocéntricos y narcisistas, ayudados por sus capacidades analíticas, progresan y se mantienen en el poder a cambio de mantener la organización y los equipos en una disfunción permanente. La literatura sobre liderazgo esquiva esta cuestión, optando por narrativas más estéticas.
Cabe añadir que la crisis sistémica no significa el colapso inmediato del sistema, por eso la disfunción puede ser duradera. Los sistemas humanos pueden vivir un tiempo en la disfunción. Sobre todo aquellos sistemas o instituciones en los que los ingresos provienen de los presupuestos públicos. En los sistemas privados, el colapso del sistema suele suceder más adelante, en diferido; interesa que no se asocie el colapso con la disfunción persistente del líder.
La violencia y el sufrimiento en el trabajo actúan como verdaderos nudos que impiden granular la estrategia del negocio. A pesar de que las marcas necesitan del anclaje social para legitimarse, estas no son atacadas o boicoteadas por estas cuestiones de violencia y sufrimiento.
La disfunción grupal e institucional transcrita al plano individual
El absentismo laboral se puede interpretar como una renuncia temporal que hace el individuo, como un apartamiento temporal que lleva a cabo para aplacar la angustia que siente por tener que encontrarse con un entorno disfuncional. El coste social de tal absentismo es enorme.
El liderazgo colaborativo
Vinculo la violencia y el sufrimiento en el trabajo con el déficit de sentido de la tarea o función encomendada. En mi libro sobre Liderazgo Colaborativo planteo que la vida de toda organización requiere ser contenida y direccionada. Propongo cinco contenedores organizativos capaces de aportar sentido a individuos y equipos: un modelo sistémico, la visión y la marca, los valores y la cultura del negocio, los escenarios del futuro compartido, y el hábitat de la colaboración multi organizacional.
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