Las decisiones con resultado indeseado
Las decisiones con resultado indeseado describe un arquetipo en el que el agente toma decisiones cuyas consecuencias diferidas producen una concatenación de disfunciones en el sistema que requieren de acciones correctoras, que a su vez producen otras disfunciones, y así de manera repetida, hasta la crisis sistémica.
La distancia temporal o espacial entre la decisión y la disfunción puede ser tan grande que la mayoría de los agentes pierden el vínculo entre la causa (la decisión) y la consecuencia (el resultado indeseado). Las redes sociales nos habitúan a un tiempo atomizado en micro-tiempos, lo que hace que no tengamos interés por los vínculos entre causas y consecuencias.
El sufridor de la disfunción se pregunta si el propósito de quien decide es que el sistema funcione en una suboptimización persistente porque es así como mejor sirve a sus intereses. En las decisiones con resultado indeseado también hay una pauta de recursión, una disfunción lleva otra. Lo cierto es que todos operamos también desde este arquetipo.
A priori el beneficio de quien decide puede ser intangible, es decir, su actuación para mantener la suboptimización persistente del sistema le legitima en el poder. El beneficio también puede ser tangible, obteniendo beneficios económicos, sociales e ideológicos.
El refranero de cada idioma está lleno de frases que definen esta circularidad: desvestir a un santo para vestir a otro, tente mientras cobro, el cazador cazado, el tiro por la culata, escupir para arriba, etc.
La suboptimización del sistema
Las decisiones con resultado indeseado plantean la cuestión de la suboptimización del sistema, la cual define el comportamiento de este cuando funciona de manera subóptima con respecto a la misión asignada o a la esperada. Cabría decir que el sistema queda secuestrado, no sirve a la función para la que fue creado, su razón de ser está siendo pervertida.
En este blog he escrito artículos que de una manera u otra señalan esa suboptimización. Los individuos y los equipos son capaces de poner mucha energía en cosas nimias o en sobreactuar, derrochando mucha energía como excusa para evitar hacer lo que tienen que hacer.
Con la metáfora del bombero pirómano también he señalado las actuaciones de numerosos directivos que incendian la escena para presentarse luego como bomberos salvadores, directivos que toman decisiones que producen resultados adversos para aparecer posteriormente como rescatadores. Que el sistema opere de manera óptima (autónomo, capacitado, sano, centrado en su misión) confronta a estos perfiles con su fantasía de incompetencia.
La ideología populista como ejemplo
La ideología es el arte de servir a los intereses de unos pocos a la vez que se reitera servir a los de muchos. El sistema ideología (ver artículo sobre los modelos mentales) es proclive a la circularidad por suboptimización del sistema-nación. Los líderes políticos irradian relatos utópicos y salvadores, a la vez que reprochan a la ideología rival de impulsar la suboptimización del sistema-nación.
Los claim “America First” o «Make America Great Again» son relatos de promesa de protección contra el miedo al fracaso resentido por el pueblo americano. También son relatos que necesitan promover la suboptimización del sistema-país (crisis de inmigrantes, crisis racial, crisis de seguridad, crisis de relaciones comerciales y multilaterales, crisis sanitaria, crisis de credibilidad de las instituciones, etc.), a la vez que permiten a su autor presentarse como profeta-salvador de estas crisis.
El relato de resistirse a poner medidas drásticas de confinamiento por un tiempo limitado, bajo el argumento de no querer que la economía se hunda también es un relato de promesa de protección contra el miedo al fracaso resentido por millones de ciudadanos, sirve para ocultar una suboptimización sanitaria que se prolonga en el tiempo como consecuencia de decisiones ideológicas pasadas. El resultado indeseado a la concatenación de decisiones de parcheo aparece meses mas tarde en forma de crisis sistémica (sanitaria, económica, emocional, educativa, presupuestaria, credibilidad). Al populista le interesa presentarse como resistente ahora para legitimarse como salvador más adelante.
La distorsión entre las decisiones y los relatos
En el arquetipo de las decisiones con resultado indeseado sucede que las decisiones y las actuaciones van en el sentido de prolongar la suboptimización del sistema, en beneficio de unos pocos, mientras que los relatos van en sentido opuesto.
Al sistema se le inyectan relatos vinculados a su propia degradación. La disfunción se inyecta de nuevo en el sistema en forma de relato con intención manipuladora. La consecuencia (suboptimización, degradación y crisis sistémica) se vuelve una oportunidad para nutrir la causa (relato salvador de protección contra el miedo resentido). El sistema traga sus propios residuos en un claro ejercicio de ideología circular.
Los ciudadanos acaban siendo despistados por los relatos del personaje populista, hasta el extremo de no ver lo que en verdad ocultan. Un personaje populista es alguien capaz de atraer tanta energía ciudadana con sus formas -excesivas, sobre-actuadas, provocadoras, engañadoras- que le sirven para ocultar el fondo. El relato del personaje populista nunca confronta a sus conciudadanos con su responsabilidad, por cómo hicieron las cosas y por cómo las siguen haciendo, más bien les devuelve a una edad adolescente, con sus fantasías de omnipotencia.
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