La complejidad: adaptativa, sistémica y deconstruida
La complejidad se volvió una salsa común en todos los menús; quien no la incluye en su relato parece un tanto básico. Prometo no hacer un tratado sobre esta salsa, que aparece en el mercado de las vanidades humanas bajo tres marcas: la complejidad adaptativa, la complejidad sistémica y la complejidad deconstruida. Globalmente, son muy similares. Dependen de los recursos que empleamos para cocinarlas. Ahora ya está en mercado la termomix Yaya, (la IA, en lenguaje civil), cualquiera podrá cocinarse su salsa.
La complejidad adaptativa
Durante años ayudando a los sistemas humanos en su adaptación, a mí me gusta la marca complejidad adaptativa; hace sentido como aquella dificultad que encuentra un sistema humano -negocio privado, asociación, comunidad de vecinos, organismo público- para adaptarse ¿A qué tiene que adaptarse exactamente? Pues ese es el lío.
La complejidad sistémica
Esta marca es realzadora de sabor; la complejidad es, en su esencia, sistémica.
La complejidad deconstruida
Los anglos la llaman detailed complexity, que es aquella complejidad de la que tomamos conciencia a medida que, desde la descripción, el análisis, la interpretación, o la explicación, accedemos a diversas capas del comportamiento del sistema. Para la deconstrucción nos apoyamos en diversos modelos de comprehensión de la realidad.
La cocina de fusión consiste en usar esta tercera salsa para mejorar la primera. Para ello, cada consultor tiene su toolkit, aunque algunos dicen tener una poción mágica, que propone una solución definitiva, lo cual es ciertamente presuntuoso, porque los sistemas humanos son abiertos y cerrados, a la vez, y operan desde el equilibrio inestable.
El acceso a la complejidad detallada
Desde mi experiencia, me acerco a la complejidad tratando de comprender las realidad del sistema desde tres ámbitos:
- Las personas, su dinámica de aprendizaje y de ejercicio del rol asignado.
- Los equipos, su dinámica de interacción y de aprendizaje.
- El sistema, desde varias dimensiones; en este blog he expuesto diversos modelos.
Los tres ámbitos anteriores, con sus múltiples variables y expresiones, interaccionan de manera dinámica: a veces para reproducir los mismos modelos mentales, a veces para producir novedad y valor.
El secreto está en el proceso (¡no en la masa!)
Hay varios principios que hay que cuidar:
- Para ganar complejidad en determinados ámbitos (ej.: ampliar mercados, ampliar productos), el sistema tiene que reducir complejidad en otros. Este principio es fácil de entender y difícil de aplicar.
- Hay que estar preparado para intervenir en los tres ámbitos del sistema.
- Es ilusorio creer (y hacer creer) que el proceso o la intervención traerán una solución definitiva.
- El sentido compartido es reductor de complejidad. No basta con que haga sentido para uno (o para unos pocos), se trabaja para generar sentido compartido.
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