El patrón circular en los sistemas humanos
Un patrón es una pauta de conducta persistente y a menudo inconsciente del sistema. Comprender el patrón circular en los sistemas humanos – individuo, equipo, negocio, sociedad- resulta tan significativo como comprender aquellos patrones que impulsan el cambio. La circularidad es inherente a los sistemas humanos. Resulta imposible comprender los arquetipos del sistema si descartamos el patrón circular. Sin embargo, hablamos más del cambio. Quizás porque emplear este concepto de manera reiterada nos otorga mayor aceptación y legitimidad social.
El círculo y la flecha como símbolos
Representamos la repetición ó preservación del statu quo con un círculo y representamos el cambio con una flecha orientada. En la era moderna, el círculo ha gozado de peor prensa que la flecha. El círculo representa un arquetipo antropológico femenino ya que representa un ciclo completo. La flecha representa esencialmente un arquetipo masculino.
Históricamente, la penetración del pensamiento ilustrado en las sociedades occidentales supuso la incorporación de la idea de progreso. La cultura como expresión singular del humano se entendió durante siglos como progreso y diferenciación respecto a la naturaleza. La naturaleza, sin embargo, ha sido simplemente cíclica: siempre las mismas lunas, las mismas estaciones, los mismos biorritmos. Durante siglos el propósito de la cultura fué distanciarse y diferenciarse de la naturaleza. La flecha se emancipó del círculo.
Durante siglos, el progreso ha estado asociado al conocimiento.
El estado cultural se apropió del significado positivo y al estado natural le dejó el negativo, vinculado a la animalidad. El círculo quedó asociado al simbolismo medieval y religioso (ej.: los rituales religiosos, los rituales que vuelven una y otra vez), y la flecha quedó asociada al simbolismo de la modernidad y el avance en el tiempo (ej.: el progreso, el desarrollo, el cambio, la ciencia, el crecimiento).
Durante siglos, la flecha y el progreso fueron de la mano. Cada individuo era portador de su flecha, es decir, era hacedor de su progreso. Por extensión, cada individuo tenía su aspiración de crecimiento, enriquecimiento, éxito, ego.
El patrón circular en la economía regenerativa
La reciente sensibilidad por la naturaleza, en general, y por la madre tierra en particular, conlleva que rehabilitemos el círculo como símbolo de gran valor para la humanidad, sin por ello inhabilitar la fecha. Tratamos de superar esta supuesta contradicción. El círculo y el futuro van de la mano.
La economía regenerativa o circular trata de vincular el círculo y la flecha. Esta conjunción de ambos arquetipos antropológicos -círcular y progresivo- significa un cambio mayor de paradigma, es decir, un cambio de creencias compartidas. Para progresar como humanidad tenemos que reciclar, para ir más lejos como humanidad tenemos que reducir nuestro ciclo de consumo de recursos naturales.
Ahora queremos redescubrir el progreso desde la combinación de la flecha y el círculo: sentirnos realizados consumiendo menos, sentir el éxito conectándonos más con y entre nosotros. En este nuevo paradigma hay una dimensión individual y otra colectiva. Para progresar individualmente tenemos que colaborar (ej: los desafíos del clima no se resuelven desde el individualismo).
La creencia se instala de que el progreso está muy relacionado con la relación, y en la relación hay tanto reconocimiento como conocimiento. El déficit de reconocimiento invalida el conocimiento.
El patrón circular en los negocios
Todos los negocios que aprenden y se desarrollan ponen en valor patrones circulares. En la búsqueda de la excelencia y de la perfección hay persistencia y tenacidad. La superación se rige por un patrón circular consciente. Las personas y los equipos conversan para crear sentido y compartir visión, lo cual requiere autocontrol en cada uno de los miembros. El autocontrol y la concentración siguen pautas persistentes. Fruto de las conversaciones y del reconocimiento, los aprendizajes revierten en el negocio, contribuyendo al progreso de este.
Todos los negocios que se estancan también muestran patrones circulares persistentes: las personas y los equipos dan vueltas en redondo hasta llegar a la crisis sistémica y situarse en la antesala del colapso. En la teoría de sistemas, dar vueltas alrededor del tiesto significa instalarse en bucles compensatorios que se anulan mutuamente: lo dicho o hecho por A, queda desdicho o desecho por B, y así de manera persistente.
El patrón circular resulta invisible para quienes vivimos atrapados en este. Que un equipo sea incapaz de escucharse, cualquiera que sea su conversación o su reunión es un indicador de circularidad persistente. Que un líder quiera reproducir de manera automática la misma dinámica de hacer el presupuesto sin hacerse las preguntas pertinentes sobre las condiciones de mercado o internas denota un patrón circular persistente. Que un equipo necesite vivir, día tras día, en la tensión e incluso en el conflicto es un síntoma de patrón circular persistente, es decir, vive atrapado en una intemporalidad: suceda lo que suceda ahí afuera, aquí adentro siempre se procederá igual. De alguna manera, el sistema humano se instala en una posición de clausura.
Dos modelos para la estrategia granular
Los dos modelos del aprendizaje organizativo de los que soy autor – identidad completa y los seis puntos de acupuntura del sistema – toman en consideración el patrón circular y también el patrón progresivo. Los dos modelos toman en cuenta el equilibrio dinámico entre la apertura y la clausura del sistema. O toman en cuenta el equilibrio dinámico entre visión y cultura. En el despliegue de la estrategia granular ambos patrones están presentes.